Calaverita literaria – López-Gatell, doctor de la muerte

En el olvido se hallaba
hasta que el COVID-19 apareció,
López-Gatell recordaba
que era el subsecretario de Salud,
su gran momento llegó
para mostrar su ineptitud.
La huesuda sus pasos seguía,
de la pandemia en México ya sabía,
pues mucho gusto le dio
por el mal manejo que llevó.
Las gracias la calaca daba
por las personas que se llevaba.
Al cabo que a nuestro subsecretario
muy poco le importaba,
que los contagios y decesos
cada vez aumentaban;
conforme con los resultados,
felicitaciones le daba el mandatario.
En cada conferencia matutina
la muerte de risa moría
que hasta la panza ya le dolía;
mientras decidía su visita divina.
Atenta estaba en primera fila,
esperando la salida
para invitarle un tequila
al doctor que le regalaba vidas.
Ilusamente, Gatell pensaba
que la tenía librada,
lo que él no sabía
es que por ignorante y burlón
acabaría en el panteón.
La catrina aprovechó
Y de una se lo llevó,
pues una prueba de COVID positivo dio,
sorprendido el doctorcito
dejo escapar un gritito:
¿Cómo que COVID tengo yo?
Su eterna amiga, la huesuda
sin titubear le preguntó:
“¿No que muy chingón?
Ahora pagarás tu deuda,
cumpliendo tu cuarentena
en el fogón por mentirosón”.
